polvo por sorpresa a un repartidor de paquetes
Anda que no ha tenido suerte ni nada este repartidor de mensajería que al abrir la puerta la clienta aparece en ropa interior para recibirle. Ella está descaradamente buena y aunque en un principio no presta atención al joven, de repente se ve que se le enciende una chispa en el cerebro y da con la idea de besarlo, hacerlo pasar y quien sabe.